sábado, 9 de mayo de 2015

Capítulo 2: La vida con John

Capítulo 2
La vida con John


Tres años antes del accidente.

Esa mañana, John se desvió de su ruta habitual para llegar a la pequeña oficina de turismo en la cual trabajaba. No era un gran trabajo, pero le permitía viajar y a él le encantaba.
Estaban haciendo reparaciones en una de las calles de Montréal y tomó Boul St-Laurent, allí se encontraban varios locales en los que podría desayunar.
Y así lo hizo, entró a uno al azar y la vio. Hacía mucho frío y la rubia se cubría con un coqueto gorro de lana color blanco y un abrigo gris.
Iba apurada, se notó al momento de girar y chocar con John. Él sintió cómo un líquido caliente le recorría desde el pecho hasta su entrepierna. Ella se detuvo un instante allí y luego buscó desesperada un montón de servilletas que estaban a disposición en una de las mesas para clientes.
―¡Perdón! ―Y sin pensar mucho lo que hacía, Marlen comenzó a secarle la entrepierna. Cuando sintió que todos la miraban, se detuvo. Retrocedió dos pasos y volvió a repetir―: Perdón.
A John le pareció graciosa. No se molestó, pero cuando bajó la vista y vio el desastre en el cual se había convertido su vestimenta, se lamentó.
―Creo que ya no llego a tiempo a la oficina.
―¿Quieres que te lleve? En serio, puedo hacerlo. Ando en auto y… ―A Marlen se le atropellaban las palabras.
―Tranquila, no pasa nada. Tú también debes estar atrasada, por eso… ―John los señaló a ambos, aludiendo al incidente.
―¡Oh! Sí, es cierto. Es que dejé mal estacionado mi auto. ―Sonrió, mirando hacia fuera y cruzando los dedos para que no viniera ningún oficial de policía.
John continuó secándose y ella se removía inquieta.
―Entonces… ¿Quieres que te lleve? ―insistió.
John la miró unos segundos. Era linda, divertida y quizá podría conseguir una cita.
―Te lo agradecería. Soy John. ―Estiró su mano y Marlen con timidez se la estrechó. Ella era delicada y él era fuerte.
―Y yo soy Marlen. Vamos… ¿te acerco a tu casa para cambiarte?
―No, tengo en la oficina algo para estos casos.
―¿Te pasa seguido? ―preguntó aliviada.
―Primera vez que alguien me derrama el café encima. Las otras veces, soy yo quien lo hace. ―Y John volvió a sonreír.
Marlen lo encontraba atractivo, no podía negarlo. Ojos oscuros, un poco más alto que ella y probablemente algunos años mayor también.

Lo que inició como algo del momento; una cita cualquiera luego de un incidente, terminó siendo un noviazgo de dos años. Años en los que se amaron con la intensidad que solo se alcanza cuando se entrega el alma. Con ese amor que no se gasta y con las ilusiones de un «para siempre».
El más difícil obstáculo que superaban, eran los viajes permanentes al extranjero que realizaba John por su trabajo. Y no porque desconfiaran del otro, sino porque se extrañaban a rabiar y un poco de miedo también se hacía presente.
Marlen no tenía familia: sus padres habían muerto y era hija única. Además, tampoco tenía buenas amigas. Contaba solo con John y la aterraba perderlo. Le temía a los aviones y más si John viajaba en uno de ellos.
Peter, amigo del alma de John, muy pronto la acogió como una amiga más. Y era costumbre que cenaran los tres cada sábado.
Cuando John no estaba, Peter la acompañaba para que no se sintiera tan sola. Sabía del miedo que le causaba que su novio estuviera tan lejos de ella por tantos días.
En el momento en el que decidieron dar un paso más y casarse, Peter también estuvo presente. Eran una familia, así se denominaban. Pues John tampoco tenía familia y Peter había sido su gran compañero de vida antes de Marlen.
―Ya es hora de que tú también te cases ―recomendó John luego de hacer el brindis.
―Olvídenlo. Yo no sirvo para estar casado. ―Bromeaba con un copa en la mano y mirando de reojo a la pareja.
Realmente estaba feliz por ellos. Se les veía tan enamorados.
Desde que habían comenzado a salir, John parecía más alegre y estaba seguro que Marlen se sentía igual. Solo había que mirar el brillo de sus ojos para comprender que se pertenecían.
Se alejó un poco para conversar con una chica bastante atractiva y desde lejos observó cómo John besaba la frente de Marlen, quien cerraba los ojos, entregada a aquel gesto tierno y protector.
―Ella te gusta ―aseguró la mujer que notaba cómo devoraba con la mirada a la novia.
―La quiero mucho y soy muy feliz que ambos hoy se sigan demostrando cuánto se quieren. ―Y era sincero. La mirada que les dedicaba era de anhelo, pues deseaba algún día poder amar a una mujer tanto como John amaba a Marlen.

Los meses posteriores a la boda, fueron un caos. El trabajo de John se hacía cada vez más demandante, lo que constantemente lo tenía lejos de casa.
―John, ¿no has pensado en cambiar de trabajo? ―sugirió Peter, cuando éste le contó su nuevo itinerario de viajes.
―Sí, pero está difícil. Marlen cuando se entere se querrá morir.
―Te entenderá… Pero se pondrá triste.
Tal como presagió Peter, Marlen lo entendió, pero su mirada perdió cierto brillo. Sería mucho tiempo sin verlo y eso le dolía en lo más profundo.
Sin embargo, la vida los bendijo. Semanas antes de que John iniciara un viaje a Londres, el doctor les anunció que serían padres.
―Es maravilloso… ―John susurraba ante el examen que comprobaba que sería padre. Al no escuchar la reacción de Marlen, preguntó―: ¿Mi amor?
―Un hijo…
Comenzó a asumir la noticia y poco a poco comprendió que llegaba una personita a acompañarla. Sería difícil el embarazo lejos de John, pero sin duda tener un pedacito de él desarrollándose en su interior, la hacía sentir mucho mejor.
Se miraron, sonrieron y se besaron felices. John le acariciaba las manos y se tentaba en acariciar el vientre de su amada esposa.
―¡Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero! ―le gritaba contento. La tomaba entre sus brazos, la hacía girar en el aire y la besaba emocionado.
Marlen no pudo retener la emoción y dejó caer un par de lágrimas.
―¿Cómo lo llamaremos o la llamaremos? ―preguntó ella entusiasmada.
―¿Marlen? ¿John? ¿Peter? ―sugirió entre risas―. No lo sé, esperemos a saber el sexo.

―¡Vamos a hacer padres, Peter! ―Marlen se abalanzó a su amigo que los esperaba con la cena lista.
La noticia envolvió de magia la casa de los Hamilton. Tanto John como Peter se desvivían por complacer a Marlen y todo comenzó a girar en torno al embarazo.
―¿Qué harás con tu trabajo, John? ―preguntó Peter una vez que Marlen se había dormido.
―No lo sé. La llevaré conmigo el próximo viaje. No quiero dejarla sola recién embarazada.
―Me parece bien… ella te necesitará más que nunca.
John se quedó pensativo. Y eso a Peter no le gustaba.
―¿Qué te preocupa?
―No puedo renunciar a mi trabajo. Ahora lo necesito más que nunca. Pero también sé que me expongo a riesgos y si antes temía por quién cuidaría de Marlen si me llegaba a ocurrir algo, ahora con un bebé en camino, necesito tener la seguridad de que no estarán solos.
―Ten esa seguridad, John. Yo no la voy a dejar sola. También es mi amiga.
―Prométeme que no la abandonarás. Si me ocurre algo, debes estar para ella y mi hijo ―solicitó serio.
―No es necesario que me hagas prometer algo que con mucho gusto haré, y ¡deja de hablar esas cosas! No va a sucederte nada malo.

Unas semanas después, Peter despedía a la pareja que se iba a Londres.
John extremaba en cuidados y atenciones para su esposa, pero Marlen se dejaba mimar.
Caminaban por las tardes tomados de la mano y durante el día, John trabaja y ella lo acompañaba en silencio como si fuese su asistente. Tenían a cargo a varios grupos de turistas a los cuales guiaban por diferentes lugares.
Al regreso de aquel viaje, en un control rutinario del embarazo, el doctor descubrió que en el vientre de Marlen, había dos corazones latiendo. La felicidad casi los hacía estallar. Les vibraba la piel y el pecho ya no resistía tantas palpitaciones.
―Son dos. John, seremos padres de gemelos. ―Marlen tenía un poco de miedo, pero disfrutaba de estar rodeada de tanto amor por su esposo y su amigo.
―Vamos a tener que cambiarnos de casa. La nuestra es muy pequeña.
Y ese mismo día comenzaron a buscar un lugar acogedor y tranquilo para cuando los gemelos llegaran.
Tenía tan solo cuatro meses y ya la panza se destacaba.
―Estás preciosa.
John se deleitaba mirando cómo crecían sus bebés. Y lamentaba realizar viajes a tanta distancia y por demasiados días. La llamaba a diario y en su maleta siempre guardaba una copia de la ecografía y una fotografía de Marlen. Ambas, las veía hasta que se dormía en el hotel de turno.

Cuando se enteraron que serían niños, John lloró. Se imaginaba con ellos corriendo tras un balón, o realizando carreras de autos frente a un video juego. Entendía que había nacido para cuidar de ellos y no quería separarse más.
Odiaba esa parte de su vida y por lo mismo habló con sus jefes para solicitar un ascenso que le permitiera establecerse en alguna oficina de la empresa sin necesidad de viajar. Lo evaluarían y se lo informarían dentro de dos meses, pero antes, debía hacer un viaje a Boston.
Realizó el viaje, el ascenso llegó, pero no sobrevivió para dedicarse tanto como quería al embarazo y a su amada Marlen. Solo le quedaba esperar a que otro cumpliera con su rol. Y esperaba que Marlen no se cerrara a esa posibilidad. Irse de su lado era duro, pero más duro era saber cuánta tristeza causaría su partida.
En aquella camilla había emprendido un viaje, el último y sin regreso.



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22 comentarios:

  1. Me encanto Vale, pero lo sentí recortito espero el proximo!

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    1. Y es más largo en extensión que el anterior :)
      Graciaaaaaas <3

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  2. Ooooo... 😰 mucha tristeza tengo en mi 💜

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    1. Andreaaaaa <3 <3 <3 Ya poco a poco espero que se vaya esa tristeza!

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  3. Me fascino auque creo que lo lei muy rapido y se me hizo corto

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  4. Ashhh pero Valeria cuando dejaré de sufrir???? Me encantó la forma en que John conoció a Marlene, la noticia de ser padres, y cuando supieron que eran 2. Esperando el próximo Sábado!!!!!!!

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  5. Tanta felicidad y de pronto, sólo un instante y todo cambia. Espero el capi 3... y como dicen las chicas, se hizo corto.

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  6. Ufffff Valeria precioso capitulo...realmente la historia es muy hermosa,fue lindo saber como se conocieron John y Marlen y su historia de amor y a la vez triste por ver que todo lo planeado se puede perder en un instante ,me atrapo desde el principio,espero ansiosa por más!!!!

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    1. Mil gracias, Camila.
      Un placer que te atrape y que quieras seguir leyendo!

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  7. Ya me tienes enganchada ,Valeria quiero más...

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    1. Gracias por leer! Ya está disponible el tercer capítulo :)

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  8. Vale k miedo....hace pensar y me dio miedo....oye es cierto k cortito!!!!! Pero me gusta...

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  9. Que cortitoooooooooooo, quiero masssssss ya quiero saber que va a pasar con Marlen y Peter... porque intuyo que Peter estará ahíiiiiiii para ella y sus bebes... ¿a que si?

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  10. sigo llorardooooooooooooooooooooooooo aayyyyyyy mi dios!!!!!!!

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